Gran parte de los robos en viviendas son perpetrados por medio de las zonas exteriores, terrazas y jardines, por lo que es clave proteger en primer lugar estas zonas vulnerables cuando se plantee la instalación de un sistema de seguridad.
¿Por qué es un factor tan importante? La detección de una intrusión en una fase temprana permite reaccionar con la suficiente antelación antes de que el intruso acceda a la propiedad, estableciendo mecanismos de repuesta adecuados a la situación. Estos sistemas, además, actúan como disuasorios.
A la hora de elegir qué elementos se instalan en la zona a proteger, hay que tener en cuenta la fiabilidad de detección, la ubicación de los elementos a instalar según las áreas de acceso, las condiciones meteorológicas en donde van a estar expuestos, el mecanismo de comunicación y la tasa de falsas alarmas.
Un sistema de seguridad ha de ofrecer una protección integral con protección perimetral que debe de contar indispensablemente de detectores de movimiento. Los detectores de exterior disponen de un reconocimiento selectivo de eventos capaces de distinguir entre una intrusión y una falsa alarma.